Los medicamentos antibióticos son muy importantes para la salud, pero debemos usarlos con prudencia pues, cada año, mueren miles de personas infectadas por bacterias que se han hecho resistentes a alguno de ellos.
¿Para qué sirven los antibióticos?
Un antibiótico es una sustancia con actividad antimicrobiana que sirve para combatir infecciones por bacterias, tanto en seres humanos como en animales, bien matándolas o bien impidiendo que se expandan. Pero sólo sirven para determinadas infecciones bacterianas:
- Amigdalitis estreptocócica.
- Celulitis.
- E.coli.
- Infecciones urinarias (IU).
- Septicemia.
- Tosferina.
O para prevenir infecciones (profilaxis) en:
- Contactos estrechos de afectados por meningitis.
- Pacientes que deben someterse a intervenciones quirúrgicas con riesgo de infección.
- Personas con válvula cardíaca anómala o artificial, que necesitan procedimientos dentales o intervenciones quirúrgicas.
- Aquellas con un sistema inmunitario deficiente.
No es necesario tomarlos contra sinusitis o infecciones de oído, y no funcionarán contra los virus que provocan resfriados, gripes o bronquitis.
Tipos de antibióticos
Cada infección bacteriana requiere un tipo específico de antibiótico, por lo que no servirá cualquier antibiótico para combatir todas las infecciones bacterianas. Únicamente el médico puede decidir el tipo de antibiótico que nos conviene tomar.
Los antibióticos se agrupan por clases, teniendo en cuenta su estructura química, su rango de acción, sus propiedades individuales y el tipo de bacteria a la que se enfrentan. La clasificación más conocida responde a su rango de acción o espectro de acción:
- Antibióticos de amplio espectro, combaten varias especies de bacterias.
- Antibióticos de espectro reducido, actúan sobre grupos específicos de bacterias.
¿Cómo tomar un antibiótico correctamente?
Hacer un uso apropiado de los antibióticos es muy importante, pues evita que aumente el número de bacterias resistentes a ellos y, en consecuencia, el número de personas que mueren a causa de infecciones por bacterias resistentes.
Por otro lado, un consumo abusivo de antibióticos destruye las bacterias beneficiosas que necesita nuestro organismo para equilibrar la flora bacteriana, nos hace más vulnerables frente a gérmenes patógenos y aumenta el riesgo de enfermar de cáncer. En niños pequeños, además, puede llevarlos a padecer asma, sobrepeso, alergias y desordenes cognitivos. Para evitarlo, la recomendación de los profesionales sanitarios es:
- No tomar antibióticos sin prescripción médica.
- No interrumpir la toma del antibiótico cuando nos encontremos mejor, pues podemos sufrir una recaída. Hay que tomarlo los días que nos indica el médico.
- Seguir las instrucciones del médico y del prospecto, cuidadosamente.
- No compartir antibióticos, ni tomar antibióticos recetados a otras personas.
- No guardar antibióticos para el futuro y, al terminar el tratamiento, tirar el producto sobrante en el punto Sigre de la farmacia más cercana, no en la basura de casa.
Antibiótico, efectos secundarios
Los medicamentos antibióticos pueden consumirse de tres formas: vía oral, vía tópica o vía intravenosa. Usados según las instrucciones médicas o veterinarias, son seguros y eficaces, pero de manera excesiva o inadecuada puede ocasionar:
- Candidiasis.
- Diarreas que pueden llevar al fallecimiento.
- Infecciones resistentes a los antibióticos.
- Náuseas.
- Reacciones alérgicas potencialmente mortales.
- Sarpullidos.
El consumo de alcohol durante un tratamiento con antibióticos está totalmente desaconsejado. Primeramente, porque el alcohol debilita nuestro sistema inmune, pero también porque ambas sustancias metabolizan en el hígado y, al combinarlas, lo sobrecargamos, dificultando la absorción del fármaco, disminuyendo su eficacia y favoreciendo una lesión hepática.
En cuanto al embarazo y la lactancia, algunos antibióticos son seguros y otros no los son. La recomendación es consultar con el médico antes de tomarlos, indicándole otros medicamentos que estemos consumiendo, alergias o cualquier otra condición médica que padezcamos.
Los antibióticos naturales más poderosos
Los efectos antibióticos de algunas plantas medicinales han demostrado ser muy efectivos contra infecciones leves. Pero, para constatar sus resultados, deben consumirse incorporados a nuestra dieta y de forma progresiva. Las plantas medicinales con efecto antibiótico más potente son:
- Ajo: capacidad bactericida y fungicida.
- Aloe Vera: eficacia antiinflamatoria, antimicótica y antibacteriana.
- Cebolla: evita la propagación de bacterias.
- Equinácea: elimina bacterias y virus.
- Eucalipto: es un antibiótico de amplio espectro y un antiviral eficaz para las vías respiratorias.
- Jengibre: fortalece la flora intestinal y el sistema inmune.
- Regaliz: elimina las bacterias de caries y encías.
- Sello de oro: combate eficazmente hongos, bacterias y virus.
El uso de plantas medicinales con fines terapéuticos debe ser supervisado por un profesional sanitario. Pregunta en la farmacia qué planta medicinal es la más adecuada para ti y cómo debes utilizarla.